Práctica de pensamiento físico
Aforismo aymara:
“Ghipnayra uñtasis sarnaqapxañani”
» No hay “post” ni “pre” en una visión de la historia que no es lineal ni teleológica, que se mueve en ciclos y espirales, que marca un rumbo sin dejar de retornar al mismo punto. El mundo indígena no concibe a la historia linealmente, y el pasado-futuro están contenidos en el presente: la regresión o la progresión, la repetición o la superación del pasado están en juego en cada coyuntura y dependen de nuestros actos más que de nuestras palabras.» (Silvia Rivera Cusicanqui)
Instrucciones
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Disponerse a realizar la práctica durante una hora aproximadamente
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Salir de la sala de exposición y comenzar a cCaminar hacia atrás en grupo, ya sea en conjunto o a la distancia. Es posible decidir la ruta o sólo seguir intuitivamente el camino. , durante una hora.
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Durante la caminata se cuentan recuerdos del pasado y del futuro, buscando que los recuerdos no provengan solamente de la historia personal, es posible imaginar a partir de lo que detonan los tiempos. El sintagma “me acuerdo que” o “me acuerdo cuando”, es utilizado para empezar a hablar cada vez.
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Todxs los participantes pueden hablar pero nadie está obligadx a hacerlo, y el orden no está predeterminado, sino que responderá al ritmo que el grupo, en conjunto, vaya generando.
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Es más importante escuchar que hablar. Si hay silencios, bienvenidos. Si varias personas hablan al mismo tiempo, tal vez no estén escuchando con tanta atención.
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Al terminar la caminata detenerse durante unos momentos para percibir las resonancias físicas de lo sucedido
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Es posible registrar la experiencia dejando un rastro (texto, audio, video, imagen…)
Durante el periodo de la exposición Ficción y Tiempo en el Centro Cultural Tlatelolco, se llevaron a cabo 4 sesiones en la que nos reunimos a caminar juntxs hacia atrás durante alrededor de una hora, partiendo de la sala de exposición, y dando un paseo por las inmediaciones del museo, exponiendo el cuerpo al espacio público, a la necesidad de una percepción afilada, a las miradas ajenas, y al flujo de la ciudad.
Puntos de partida, puntos de llegada.
En múltiples ocasiones, el colectivo am ha abordado, directa o indirectamente, el problema del tiempo; las distintas perspectivas desde las que éste se piensa afectan necesariamente los espacios de performatividad, y nuestra práctica coreográfica está determinada por cómo decidimos articularlo.
En esta ocasión, ante la invitación a abordar el tema de manera mucho más frontal, se detonaron discusiones en torno a la noción de tiempo lineal y cómo nos limita a un pensamiento occidental, reducido por la lógica hegemónica de su ideología. En particular nos referimos a aquel presupuesto relacionado con el progreso, la historia unívoca y la civilización, que claramente pone al hombre blanco en el centro de la discusión, y en la vanguardia del devenir.
Surge entonces la pregunta: ¿Cómo traer a nosotras tiempos múltiples? ¿Cómo hacerlos aparecer en nuestro horizonte? Pensar no sólo en nuestro presente (desde nuestras posiciones de clase, raza, género, ubicación histórica…), o en nuestro futuro. Sino también pensar en esos otros presentes y otros futuros que otras culturas tal vez ya abordan desde otros lugares. Pensar que quizá el pasado de algunos es el futuro de otros y que estos conviven en un mismo momento aunque en un sitio distinto. Que el tiempo no es tanto una línea sino una sábana que se dobla sobre sí misma en diversos puntos.
Provocadas por los feminismos del sur, por su ausencia de mirada nostálgica (poco o nada era mejor en el pasado para una mujer), por su capacidad de modificar su presente cada vez que se pronuncian, se organizan o manifiestan; intrigadas por conocer un poco más sobre la concepción del tiempo en algunas culturas indígenas aún no aplanadas por la lógica del progreso, quisimos observar formas de pensar el tiempo en relación a la simultaneidad: tiempos que simultáneamente fueron presentes en momentos asincrónicos. O tiempos que no se piensan de una dirección a otra, tiempos que pudieran pensarse a lo ancho, o en vaivén, o que producen narrativas no necesariamente lógicas, o que producen lógicas distintas.
Finalmente, la propuesta es trabajar a partir de un aforismo aymara que encabeza el libro Sociología de la imagen de Silvia Rivera Cusicanqui (La Paz, Bolivia, 1949) y que dice así:
“Ghipnayra uñtasis sarnaqapxañani”
La traducción aproximada es: “Mirando atrás y adelante (al futuro-pasado) podemos caminar en el presente-futuro”. En una entrevista, ella explica un poco más: “Y eso quiere decir muchas cosas porque tiene múltiples posibles traducciones pero quiere decir futuro pasado caminando, tenemos que mirar para poder andar digamos, entonces eso, se entiende que si miras al pasado es porque está delante tuyo, entonces “nayra”, y “qhipa” es la espalda y a la vez el futuro, entonces estás con el futuro en la espalda y el pasado es lo único que tienes para orientarte en el mundo. (El futuro está) atrás tuyo. Entonces yo todavía a eso le he añadido como exégesis a esa frase diciendo que es mejor que el futuro sea un atado cargado porque son las preocupaciones, qué voy a hacer, y que tengo esto, que tengo una entrevista, que tengo que entregar un trabajo, entonces olvidarte de eso y vivir el presente con la orientación del pasado es lo que te permite caminar bien, caminar en el sentido de vivir porque “sanaqaña” es vivir y a la vez caminar, se dice de la misma manera, “sanaqaui” es vida y es caminata.”
Nos gustó mucho y nos acordamos de que Esthel en una de las primeras reuniones había propuesto caminar hacia atrás para ver qué pasaba con el cuerpo y la mente. Y se puso a hacerlo mientras hablábamos por skype. Pensamos que podíamos tomar esta acción como práctica regular en el lugar en el que se encuentre cada quien. Quizás hacerla en algún espacio público donde nos encontremos y registrarlo, o simplemente reparar en lo que nos pasa durante y después de hacerla. Darnos cita a la distancia, para hacerlo todas al mismo tiempo conectadas vía skype con nuestros celulares e ir comentando qué nos pasa en tiempo real. A Esthel le pasaron muchas cosas, incluso se le unió un transeúnte a la caminata. Bárbara contó que ella hacía el ejercicio de correr para atrás en la cinta del gimnasio y que el cuerpo se pone en una disposición totalmente diferente a la conocida. Aníbal comentó algo parecido con la elíptica. Averiguamos que caminar para atrás es un ejercicio muy completo para el cuerpo y para el cerebro y conocimos el caso de una persona tratada de Alzheimer cuyo padecimiento se redujo enormemente gracias, entre otras cosas, a caminar hacia atrás de manera regular y sistemática.
Nos damos cita durante varios miércoles, a las 10 am en Ciudad de México, 11 am en Montréal, 12 del mediodía en Montevideo y 5 pm en Barcelona, para caminar hacia atrás, conectadas. Anabella propone sumar a la caminata un ejercicio de recordar a partir de la novela Me acuerdo de Georges Perec. Se puede recordar de manera futurista (me acuerdo cuando compré un boleto a marte) y/o pasadista (me acuerdo cuando las mujeres no podían votar), tan real o ficticia como se quiera. En la acumulación y compartición de nuestros recuerdos enunciados, se va generando una suerte de memoria común, entrecruzada por historias personales, historias no tan personales, y deseos. Pensamos que éste puede ser un gran ejercicio de reflexión corporal, que nos coloca en un territorio que tiene que ver con el hacer/pensar desde el cuerpo/mente, no como elemento individualizante sino como elemento común a todas, transversal. Proponemos entonces realizar una práctica de reflexión corporal sistemática y que de la práctica surjan los materiales (relatos, audios, videos, imágenes y movimiento). Caminar hacia atrás juntxs, es una forma de modificar un presente que podría modificar algo, o incidir en algo a futuro.